El pasa domingo 2 de diciembre el pueblo venezolano, en unos reñidos comicios, negó la posibilidad de que presidente Hugo Chávez Frías se mantuviera en el poder de forma indefinida.


Sin duda ah sido un duro golpe para el presidente venezolano, pues se constituye como su primer revés electoral en 9 años de gobierno y nada comparable con el primer referendo convocado donde tuvo un contundente apoyo del 92 %.

Pero un referendo de este tipo, por el cual se pretendía prolongar de manera indefinida la estadía de un gobernante en el poder, no es mas que el maestra de un proyecto político que si bien tiene un trasfondo ideológico no ha sido proyectado de forma sostenible.

Al lado de Chávez Venezuela ha sido una nación de muchos contrastes. Hoy es una nación libre de las fuentes de crédito internacional, pagó en su totalidad la deuda externa y se proyecta como una fuente de financiación de proyectos en la región, la nación logró disminuir la tasa de desempleo y pobreza y la construcción de moderna infraestructura. Todo esto porque se logró algo que durante muchos años se ignoró: administrar de forma correcta y eficaz los recursos obtenidos del petróleo y destinándolos al bien común y no al particular.

En contraposición, durante el gobierno del presidente Chávez se ha dado una fuerte represión a los medios de comunicación, a las libertades civiles y al derecho de ejercer oposición. Se ha visto en Chávez un presidente intervensionista irrespetuoso de la autonomía de los países de la región.

Cuando Chávez asumió el poder se convirtió en un líder influyente en la región, quizás el promotor del llamado socialismo del siglo XXI, que tuvo excelentes resultados en países como Brasil con Luís Ignacio Lula da Silva, en Chile con Michelle Bachelet, en Uruguay con Tabaré Vázquez y en Argentina con Néstor Kirchner. En estos países se ideó un modelo económico sostenible, se logro aumentar la inversión social sin contradecir los intereses de los gremios económicos, se contó de manera mayoritaria con el apoyo de la población y no se restringieron las libertades. Sin embargo hoy en día, el presidente Chávez es una amenaza para esa imagen sostenible del socialismo en Sur América, pues sus acciones en contra de las libertades, la perpetuación en el poder y su actitud intervensionista alejan de un modelo sano, eficaz y reproducible. Así como Brasil, Argentina, Uruguay y Chile son modelos del socialismo requerido en América, Venezuela, Ecuador y Bolivia no lo son.

Los principales errores de Chávez son tres. El primero el centralismo, pues se ha dado una fuerte estocada a la descentralización. concentrado el poder en un solo ente administrativo: El presidente. Esto es un ataque a la pluralidad, democracia y sostenibilidad de una nación. Y esta conducta es reproducible incluso en mandatarios tan opuestos ideológicamente a Chávez como el presidente colombiano Álvaro Uribe, quien con mediadas gubernamentales ha mostrado una firme contradicción con la descentralización.

El segundo error: La polarización. Venezuela hoy se divide entre chavistas y anti chavistas. El resultado tan apretado del referendo es muestra de ello. Y este mal es quizá uno de los más letales para una nación, pues genera disgregación y rivalidad entre compatriotas. Curiosamente esto también es reproducible en Colombia, donde Álvaro Uribe, independientemente de su buena o mala gestión ha generado toda clase de pasiones y odios que chocan en un país cuyas divisiones entre habitantes ha llevado a una guerra civil interminable. Es paradójico que estos dos presidentes que son antitesis uno del otro, tengan tanto en común.

Y finalmente el tercer error y quizá el mas grave. No programar un proyecto político sostenible. Si Chávez hubiera desarrollado un proyecto político sostenible, proyectable, reproducible, viable a largo plazo e independiente a los petrodólares, No estaría buscando su reelección indefinida. Es esto entonces muestra de que el único promotor del modelo chavista es el propio Chávez.

Chávez a un esta a tiempo de idear un modelo político sostenible y reproducible, corrigiendo sus errores podría incluso disminuir la perniciosa polarización interna y la presión internacional. Sin embargo sus últimas actitudes en esta semana de atacar la oposición y utilizar improperios para señalar la derrota lo alejan de ello.