TERTULIA VESPERTINA

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miércoles, 25 de julio de 2007

30 víctimas de la violencia acudieron al Salón elíptico del congreso de la república a contar su tragedia. Entre sollozos, voces cortadas, algunos con rezagos de las heridas provocadas por los victimarios; transcurrió la sesión del congreso.


Indígenas, comunidades negras, desplazados, secuestrados, familiares de congresistas en cautiverio, victimas de masacres. Todos testigos de una cruda realidad que reclamaban a los mal llamados "Padres de la Patria" justicia y reparación.

Y muchos de esos "padres de la patria", padres desalmados e indiferentes, fueron los que abandonaron el recinto, dejando a tras los testimonios inagotables y desgarradores de las víctimas de una violencia absurda y excesivamente cruel.

Hace poco el congreso en pleno y con atención, escuchó a los victimarios, a los líderes paramilitares. Hoy se niegan a oír a las victimas, se niegan a actuar y en acto cínico niegan el mismo conflicto armado.

Los pocos congresistas que escucharon a las víctimas eran de la bancada de los partidos Liberal y del Polo Democrático, ambos partidos de oposición. Hasta cuando el gobierno y la coalición pensaran que los testimonios de las víctimas y el acuerdo humanitario son banderas de oposición. Hasta cuando la justicia será para los victimarios y no para las victimas. Hasta cuando.

lunes, 23 de julio de 2007

El caminante de la Paz y la libertad, el profesor colombiano Gustavo Moncayo, cumple un mes y cinco días de su larga travesía rumbo a Bogotá. El recorrido total de la caminata es cercano a los 1000 Km. de los cuales ya ha recorrido 865 km.

Su único objetivo es generar conciencia en un País agobiado por el flagelo del secuestro. Sus pies ampollados, su desgastado cuerpo y su lucido cerebro claman al unánime en una sola consigna: Acuerdo humanitario Yá.

El profesor de historia y geografía partió del municipio de Sandoná en Nariño, al sur occidente del país. Emprendió una caminata rumbo a Bogotá con el fin de exigirle a los actores del conflicto armado, lograr un acuerdo humanitario que permita la liberación de las personas en cautiverio, entre ellos su hijo.

A menos de 160 kilómetros de la ciudad de Bogotá, en un acto desesperado el Profesor de la paz, le ofreció a la guerrilla de las FARC, canjearse por su hijo secuestrado.

El profesor Gustavo Moncayo es ante todo un ejemplo de paz, libertad y constancia. Mientras grupos armados pretender tomar vías de hecho, él toma vías de paz para comprobar que en Colombia los buenos somos más.