Un 13 de agosto de 1999 fue silenciada la voz del periodista, del humorista, del crítico, del amigo. Jaime Garzón periodista colombiano sucumbía ante maldad desenfrenada de la mafia, de la corrupción, de la ultraderecha, de corruptos, de asesinos que históricamente han desgarrado el país.

Cual fue su crimen? Decir la verdad. La verdad lo llevó a la tumba.

8 años después del magnicidio nada a cambiado, la impunidad por su muerte se mantiene, los hechos de corrupción que denunció se siguen haciendo y ocultando, los personajes que señalo siguen repartiéndose alegremente el erario público mientras la patria se desangra.

Carlos Castaño, líder de los paramilitares, fue condenado in absentia por el asesinato de Garzón a 38 años de cárcel. Castaño ahora está muerto, pero los actores intelectuales y materiales del crimen gozan de la más absoluta impunidad.

La familia del inmolado, demandó al Estado al considerar la muerte de Jaime como un Crimen de Estado, pero el Tribunal de Cundinamarca negó el recurso. Ahora la familia apelará ante las altas cortes.

Pero porque un Crimen de Estado?. Es curioso que un ente estatal como el DAS (Departamento administrativo de Seguridad) sea sospechoso de manipularar la escena del crimen y borrar las evidencias.

Han sido 8 años de impunidad, 8 años en la que la memoria de los colombianos ha sido borrada, 8 años de olvido y sufrimiento para la familia.

Las ideas no se matan. Colombia clama justicia.