Reacciones negativas ha despertado la llamada telefónica del presidente Álvaro Uribe Vélez a la cumbre del partido político de coalición Cambio Radical. La llamada fue realizada desde los Estados Unidos donde el presidente se encontraba realizando una nueva ofensiva en busca de la aprobación del TLC con ese país.

En plena cumbre del partido político, fue transmitida en altavoz para la llamada del presidente en la que daba un contundente apoyo al partido. Dicho acto sin duda es una burla a la imparcialidad y a la ley de garantías electorales, pues se ve la clara intromisión de un funcionario público en política.

Varios representantes de la oposición ratificaron su intención de denunciar este hecho, mientras el gabinete ministerial afirmo de manera cínica que no hay porque "Rasgarse las vestiduras por este hecho".

Es muy posible que este acto no trascienda, pero lo preocupante es el nuevo intento de burla a constitución, por parte del ejecutivo. Un caso similar ocurrió cuando en vísperas de elecciones del congreso, el Presidente removió de su cargo a la ministra de cultura Maria Consuelo Araujo, para que fuera posible la aspiración de su hermano a una curul en el congreso. Después de transcurridas las elecciones y tras ser elegido su hermano, a Araujo se le asignó otro ministerio. Es de recordar que, el hermano de la ex canciller y ex ministra de cultura, el senador Álvaro Araujo, se encuentra preso y con investigación por secuestro y concierto para delinquir, en relación con sus vínculos con el paramilitarismo.

Si el propio Presidente de la República vulnera las leyes establecidas para garantizar la transparencia en las elecciones, que se puede esperar de los funcionarios y entidades públicos, de mandatarios locales, de los grupos armados y de las mafias organizadas. Es preocupante la vulnerabilidad, permeabilidad y la falta de garantías del sistema democrático en Colombia.